Draco y Zeus, Pichi o Tango son otros de los nuevos «vecinos» que el residencial Puerta de San Fernando acoge desde hace pocos meses. Y, aunque ellos han llegado junto con sus dueños, demuestran que también las mascotas encuentran su sitio en El Cañaveral.
Y no son los únicos ya que, según explica Sandra, la comercial de la promoción, a El Cañaveral Noticias, son muchas las familias con perros que han adquirido o se han interesado por una vivienda en alguna de las dos fases de la urbanización:
“A mí me encantan y siempre pregunto y, probablemente, un 80% de las personas que se han acercado me han dicho que tienen mascotas”.
Al aire libre
Para Beatriz, la dueña de Zeus y Draco que llega desde Coslada, fue toda una sorpresa.
“No me esperaba que hubiera tantos perros pero me parece genial”.
Y, aunque no siempre es fácil pasear juntos a un dálmata y a un cruce de mastín y pastor alemán de lo más juguetones, reconoce que ha ganado con el cambio de vivienda y con las perspectivas de futuro que presenta el barrio.
“Ahora tenemos pocas zonas de paseo porque está todo vallado, pero espero que abran pronto más avenidas y, sobre todo, una zona canina grande, que hay mucho espacio para hacerla”.
En este sentido, Luis y Merce lo tienen más fácil. Aunque siempre salen a pasear con Pichi, su perrito de dos años y medio, el pequeño ha hecho de la gran terraza de la vivienda el espacio ideal para sus juegos. “Es todo un desahogo para él”, explican mientras Pichi sale corriendo para buscar su pelota.
Mucho por hacer
“Salir a la calle es sinónimo de juego, pero es difícil si no hay zonas para ellos”, reivindica también Sonia, la dueña de Tango, que llegó a El Cañaveral desde Coslada por casualidad. “Buscábamos un alquiler pero vimos esto, nos encajó y nos animamos”, comenta.
Desde su punto de vista, las posibilidades que presenta el barrio para las mascotas son buenas, pero es importante hacer las cosas bien desde el principio. Al respecto, pone un ejemplo representativo:
“Tenemos la papelera con el espacio para las bolsas de excrementos pero no lo rellenan ni recogen la basura con frecuencia”.
Además, todos ellos esperan que, al igual que ocurre con los servicios que esperan impacientes los vecinos, llegue pronto al barrio una tienda especializada o un veterinario. Un hecho que evidenciaría, también, que El Cañaveral sigue creciendo.