Los vecinos de El Cañaveral han despedido sus primeras Navidades en el barrio, como no podía ser de otra forma, por todo lo alto: abriendo todos los regalos que los Reyes Magos dejaron en sus casas durante la noche del 5 de enero.
Madrugones y caras de sueño
Así, tras haber colocado en sus casas algunos dulces y bebidas para que Sus Majestades repusieran fuerzas –se encontraron desde trozos del tradicional roscón hasta alguna copita de licor para combatir el frío-, los vecinos del residencial Puerta de San Fernando se despertaron en la mañana del 6 de enero con la misma ilusión que millones de hogares de toda España -sobre todo aquellos en los que los más pequeños eran los protagonistas indiscutibles-.
Los madrugones y las correspondientes caras de sueño dieron paso a la sorpresa y la alegría en cuanto encontraban los regalos al pie de sus camas, en el salón o rodeando el árbol de navidad.
En casa de Miriam e Isaac este día tuvo una connotación especial porque se trataba del primero que pasaban siendo papás. Y, aunque el pequeño Abraham –que ha sido, además, el primer bebé que ha nacido en El Cañaveral-, no sabía muy bien la razón de tanto alboroto, “se despertó a las 8 de la mañana y estaba todo nervioso, como si se enterase de lo que estaba pasando”, explica Miriam entre risas.
Regalos para todos
Pero los más pequeños no fueron los únicos que se despertaron emocionados por abrir sus regalos, puesto que los Reyes Magos que llegaron al barrio también trajeron detalles de todo tipo para los mayores. Ropa, complementos, juegos de mesa y libros fueron solo algunos de los obsequios cuyos envoltorios se acumulaban desde primera hora en el suelo de muchos hogares.
Aunque, tal y como coinciden en afirmar muchos de los vecinos, su primer regalo de Reyes llegó este año por adelantado con las llaves de su hogar en El Cañaveral. Y, como viene siendo habitual cada vez que se les pregunta por su mayor deseo de cara al futuro, sobre todo después de haber disfrutado de unas Navidades tan especiales, la respuesta también es unánime: seguir creciendo.