Lo de Alexander y Ana Lucía con su piso de El Cañaveral fue amor a primera vista. De hecho, cuando se acercaron a la oficina del banco a cambiar la cuenta, no se imaginaban que saldrían con su primera vivienda en propiedad bajo el brazo. “El asesor financiero nos habló de la promoción Puerta de San Fernando, fuimos a visitar el piso y nos enamoramos”, explican.
“Creemos que hemos sido los compradores más rápidos, porque vimos la casa un jueves y el viernes ya estábamos dando la entrada”.
Y es que, tras haber vivido varios años de alquiler en Valdebernardo, esta joven pareja de colombianos siente que El Cañaveral les ofrece todo lo que necesitaban para decidirse a comprar.
Calor humano
Además de la calidad de los acabados, los espacios abiertos o el cuidado con el que se diseñaron las zonas comunes del residencial, ambos coinciden en destacar que el elemento determinante que les animó a adquirir el piso fue el buen ambiente que percibieron:
“Notamos un calor humano y un sentimiento de pertenencia y ayuda mutua que nos hizo sentirnos en casa desde el primer momento”.
Una sensación que estuvo presente desde el día de la visita y que se ha mantenido a lo largo de la mudanza, que llevaron a cabo el pasado mes de diciembre.
“Nos dejaron escaleras, nos ayudaron con una estantería para el trastero y los conserjes estuvieron siempre pendientes de que todo llegara bien”, indican haciendo hincapié en que, además de los vecinos, los trabajadores habituales del residencial también son miembros imprescindibles de la gran familia de la urbanización.
Habitaciones preparadas
El mejor ejemplo de lo emocionados que están con vivir en El Cañaveral lo pone Ana Lucía:
“Cuando vuelvo de trabajar en el coche y encarrilo la M45 para entrar en el barrio me siento completamente feliz”
Incluso dicen que ya tienen habitaciones preparadas “para cuando nuestros padres puedan venir a visitarnos desde Colombia a El Cañaveral” y que sus perspectivas de futuro apuntan a que esta sea su vivienda definitiva:
“Queremos que, si tenemos hijos, crezcan en un entorno tan tranquilo como este y rodeados de buenos amigos”
Además, confían plenamente en que, tras la llegada del autobús el pasado mes de septiembre, es solo cuestión de tiempo que el resto de servicios y comercios se vayan instalando en el barrio. Según concluyen, “este año va a ser muy especial en El Cañaveral”.