Los vecinos del residencial Puerta de San Fernando de El Cañaveral ya no tienen escusa para no ponerse en forma de cara al buen tiempo. ¿Y cuál es la razón? Que la semana pasada llegaron todas las máquinas que la Sociedad Cooperativa Madrileña de Viviendas de Puerta de San Fernando ha adquirido para dotar a la comunidad de vecinos de un nuevo gimnasio que, hoy por hoy, está al nivel de cualquier centro de musculación profesional.
Más de una decena de máquinas
Espalderas, cintas de correr, bicicletas estáticas, máquina multipower y multifunción, mancuernas de 1 a 30 kilos y equipos específicos para trabajar gemelos, cuádriceps, pecho, hombro y brazos conforman un conjunto de más de una decena de máquinas, gracias a las cuales, tanto los iniciados en el mundo del deporte como aquellos que nunca lo hayan practicado, van a poder ponerse en forma sin peligro.
Y, puesto que el objetivo de la cooperativa era conseguir un espacio deportivo lo más completo posible, incluso han adquirido un saco de boxeo con el que liberar el estrés y las tensiones del día a día antes de llegar a casa.
Además, y por si todavía queda algún vecino que no se anime a practicar deporte, indican que se ha incluido en la dotación una torre de sonido para que el ritmo de la música marque los pasos a seguir en cada uno de los ejercicios.
Pintura y decoración
Cabe recordar que, antes de que llegasen las máquinas, el primer paso que se dio en el gimnasio fue pintarlo y adecuarlo, tareas que realizaron voluntariamente los propios vecinos y que ya contamos en El Cañaveral Noticias. Y, tras ello, ha sido Pilar –también vecina del residencial e, igualmente, de forma voluntaria- la que se ha encargado de coger la pintura y los pinceles para personalizar las paredes con dibujos tan divertidos como motivadores.
Tampoco faltan los mensajes de superación repartidos por las zonas más altas y las puertas. “Todo parece imposible hasta que se hace” o “Impossible is nothing” son solo algunas de las frases que pueden leerse en el gimnasio y que, además, encajan a la perfección con la filosofía de vida de estos primeros vecinos de El Cañaveral.
