Cuando Ana Belén y Joel recibieron las llaves de su vivienda nueva en el residencial Puerta de San Fernando de El Cañaveral estaban realmente emocionados, aunque no podían evitar que una pregunta resonara en su cabeza: “¿Y ahora qué hacemos?”.
Sus condiciones laborales y personales habían cambiado respecto a cuando decidieron entrar en la cooperativa y no querían alejarse demasiado de la portería del barrio de Salamanca en la que trabajan actualmente de lunes a viernes. Pero, por otra parte, tampoco querían renunciar a disfrutar de su nuevo piso, así que optaron por una decisión salomónica:
“¡Ya tenemos casa de fin de semana en El Cañaveral!”
Estancias cortas pero intensas
Tal y como explica Ana Belén, “sabemos que no es lo mismo que vivir aquí, pero aprovechamos al máximo los fines de semana”. De hecho, confiesa entre risas que quien más lo disfruta es su hijo Raúl, de casi 8 años:
“Llegamos el viernes y no le volvemos a ver casi hasta que nos tenemos que ir el domingo”.
Y recuerda el verano en la piscina, cuando se ha creado un pequeño grupo de “amigos de la urba”.
“Estamos muy tranquilos porque aquí podemos darle mayor libertad y sabemos que no va a pasar nada”, sentencia.
Sensaciones nuevas
Para Fernando, que también trabaja en una portería en la zona de Pío XII, y su familia, la entrega de llaves de su vivienda en El Cañaveral supuso una sensación completamente desconocida hasta entonces:
“Por fin estamos en casa”.
No en vano, y según comenta, “nunca habíamos tenido la sensación de libertad que te da estar en tu propia vivienda”. Y, aunque de momento solo pasan allí los fines de semana y algunos festivos, reconoce que “lo estamos disfrutando al máximo”.
Tranquilidad y futuro con perspectivas
Tanto para Ana Belén como para Fernando, una de las mayores ventajas que ofrece el barrio es su tranquilidad.
“Puedes dormir con las ventanas abiertas y despertarte oyendo los pájaros” (Ana Belén)
“Es un espacio ideal para pasear sin prisas” (Fernando)
Y aunque, al igual que el resto de vecinos del barrio, echan de menos las primeras tiendas, reconocen que la llegada del autobús o la rapidez con la que se están edificando el resto de promociones ha puesto por fin El Cañaveral en el mapa “y ahora toca seguir creciendo”.