Si los elementos imprescindibles para organizar una buena Navidad son luces, adornos hechos por los más pequeños y un gran árbol para decorar todos juntos, se puede confirmar, sin ninguna duda que… ¡ya es Navidad en El Cañaveral!
No en vano, los vecinos del residencial Puerta de San Fernando querían que sus primeras navidades en el barrio fueran realmente especiales y, por qué no, sentasen un gran precedente para los próximos años.
Abeto donado y adornos artesanales
Pues dicho y hecho. Tras organizar los sábados anteriores unos talleres de adornos navideños en los que los más pequeños fueron los protagonistas indiscutibles, un nutrido grupo de vecinos y amigos han dedicado los últimos días festivos a que el residencial esté a la altura de unas fechas tan significativas como las que se acercan.
Así, mientras algunos decoraban las zonas comunes con las manualidades de los talleres, otros se centraron en el gran abeto que les ha donado la empresa de conserjería de la urbanización. Y perfectamente equipados con escaleras, banquetas y, sobre todo, con grandes dosis de ilusión y humor, han conseguido que no haya ni un solo rincón en el que no se respire Navidad.
Chocolatada final
Aunque, tal y como han reconocido los participantes, el premio final merecía todo el esfuerzo, porque ver las caras de emoción de los más pequeños –y, en consecuencia, también de los mayores- no tiene precio.
Y mucho menos cuando, además, la recompensa incluía 16 litros de chocolate, 200 churros y todo tipo de bizcochos caseros de los que no quedaron ni las migas. “No hay nada mejor para reponer fuerzas”, se oía entre risas en el salón comunitario.
Sea como fuere, los vecinos de El Cañaveral demuestran, una vez más, que además de vivir en un mismo espacio, han creado una gran familia que está a punto de vivir sus primeras navidades junta.